"Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra"

miércoles, 28 de marzo de 2012

Viento del pueblo


« Los poetas somos viento del pueblo: nacemos para pasar soplando a través de sus poros y conducir sus ojos y sus sentimientos hacia las cumbres mas hermosas. Hoy, este hoy de pasión, de vida, de muerte, nos empuja de un imponente modo a ti, a mí, a varios hacia el pueblo. El pueblo espera a los poetas con la oreja y el alma tendidas al pie de cada siglo".» 
M. Hernández

Hoy se cumplen 70 años desde que nos dejó el poeta, viento del pueblo, Miguel Hernández.
Murió de tuberculosis  y neumonía durante su encierro en la prisión de Alicante en la primavera de 1942, solo tenía 32 años. En 1939  fue detenido por el ejército falangista y encarcelado desde entonces, pasó los últimos años de su vida en la cárcel; dominado por la ausencia  de sus seres queridos, su pueblo, su vida.

«La guerra había terminado así, con un pueblo reducido al silencio y a la ausencia, con un pueblo obligado a enterrar su futuro»


Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.

de Cancionero y romancero de ausencias

Miguel Hernández  perdió de golpe a su mejor amigo y también poeta Ramón Sijé, al cual escribió una de las más intensas y emotivas elegías que he leído y que publicaré en otra entrada. Más tarde perdíó a su primer hijo antes de que pudiera llamarle "papá". Por todo esto y un ambiente miserable de guerra, hambre y pobreza no me extraña que  a veces quisiera arrancarse el corazón y ponerlo debajo de un zapato.

Os dejo un videomontaje muy bonito que he encontrado con su poema "Me sobra el corazón" recitado y con música del grupo Dead can dance:





Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.

(para leer el poema completo pincha abajo)

Hoy reverdece aquella espina seca,
hoy es día de llantos en mi reino,
hoy descarga en mi pecho el desaliento
plomo desalentado.

No puedo con mi estrella,
y me busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.

Si no fuera ¿por qué?... no se por qué,
mi corazón escribiría una postrera carta,
una carta que llevo ahí metida,
haría un tintero de mi corazón,
una fuente de sílabas, de adioses y regalos,
y ahí te quedas, al mundo le diría.

Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.

Un amor me ha dejado con los brazos caídos
y no puedo tenderlos hacia más.
¿No veis mi boca qué desengañada,
que incomformes mis ojos?

Cuanto más me contemplo más me aflijo:
cortar este dolor ¿con qué tijeras?

Ayer, mañana, hoy
padeciendo por todo
mi corazón, pecera melancólica,
penal de ruiseñores moribundos.

Me sobra el corazón.

Hoy descorazonarme,
yo el más descorazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.

No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.


 Miguel Hernández. Poemas sueltos






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